A partir del 1 de enero de 2025 será obligatoria la recogida selectiva de los residuos textiles en todos los países de la UE, mejorando la sostenibilidad

Como ya ocurrió con otros flujos de residuos como los aparatos eléctricos y electrónicos, los neumáticos o los envases domésticos, los residuos textiles están afectados por el denominado Régimen de Responsabilidad Ampliada del productor (RAP), definido como “un conjunto de medidas adoptadas por los Estados miembros para garantizar que los fabricantes de productos asuman la responsabilidad financiera y organizativa de la gestión de la fase de residuo del ciclo de vida” por la Directiva (UE) 2018/851 por la que se modifica la Directiva 2008/98/CE sobre residuos.

El sector, consciente de la necesidad de unir fuerzas y abordar soluciones de manera conjunta y alineada para tener un impacto real, está avanzando en la configuración de diferentes Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP), a nivel nacional, europeo e internacional, para dar una respuesta común que permita asegurar avances en un mercado global para hacer frente a importantes retos y barreras para asegurar el reciclaje del residuo textil. Uno de los más relevantes es la revalorización de mezclas de fibras de una forma económica y ambientalmente sostenible. Otra parte fundamental son procesos de separación y clasificación que generalmente se realizan de forma manual, suponiendo un coste y cuello de botella para el reciclado.

Ya se están impulsando medidas que faciliten la circularidad a lo largo de toda la cadena de valor, desde la fase de diseño, en línea con uno de los aspectos incluidos en esta propuesta presentada a la Comisión, que introduce incentivos para reducir los residuos a través de eco-modulación. Desde hace años, las marcas de moda están implementando modelos con los que reducir el impacto medioambiental de las prendas que ponen en el mercado, alargando su vida útil y fomentando la circularidad y la sostenibilidad.

Más información.